Cuando escogí trabajar con mayores, sabía que era por algo. Fue mi abuelo quien me hizo llegar esa sensación de bienestar que me produce trabajar y relacionarme con personas mayores. No sé, me entiendo mejor, las conversaciones fluyen de otra manera y aquí en Brasil no iba a ser menos. La experiencia con los aitonas y amonas del "Abrigo Don Pedro II" está siendo tan gratificante como esperaba. Avimir, Nascimento, Ana Lucia, Cristina, Dona Ana, Dona María, son personas que tienen la capacidad de transmitirme la pasión por la vida, todo ello concentrado en el espacio que habita un ser humano. Las sonrisas, los cantes, las manos, las historias, todo me encandila. La residencia es enorme, con capacidad como para unos 300, para aquellos que os suene, un tipo Eibar. Sólo que ahora están haciendo reformas y están con 120. Hay tres pabellones con residentes y sus cuartos se separan unos de otros con biombos. En esos cuartos, la cama, la mesilla, un armarito y .....la tele, esa q no falte. También una silla. Cuando paso de manhana muchos/as están sentados allí. Dona María haciendo cobertores de patchwork preciosos que después vende a 20 reales. Cristina, hablando con las personas que se encargan de la limpieza y Dona Ana organizando todo y dándo aleluyas y bendiciones a todo el que pasa. Siempre hay una favorita, Avimir es la mia. Conectamos muy bien desde el principio y nos hemos adoptado la una a la otra. Yo soy su sobrina vasca, y ella es mi tia brasilera.
Avimir tiene Parkinson pero su capacidad de contar historias es asombrosa, me tiene mas enganchada que la novela de las 5.
Los martes hacemos un grupo de musicoterapia en los jardines y en un país con la riqueza musical que este tiene, es un placer inmenso.
Vamos, que estoy encantada!
El siguiente capitulo será sobre los masajes en la playa!!!! Un beso para todo el mundo!!
